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Mujeres que no aman demasiado

Nos enseñaron a buscar al príncipe azul. Desde que tengo razón, estoy persiguiendo – consciente o inconscientemente- al hombre que venga a salvarme. Un compañero que me da hijos, comida y un techo. Es decir, un futuro sin misterio.

Pero, en el fondo, creo que lo que estuve esperando todo este tiempo era la presencia de un otro a quien admirar y no hacerme cargo de la potencia que toda mujer salvaje reprime por miedo a no ser querida.