Por Aníbal Céspedes.
Costó mucho pero llegó la tan ansiada tercera estrella. La Selección argentina se consagró campeona del mundo tras 36 años de espera al vencer 4 a 2 en la tanda de penales a Francia. En la mejor final de la historia de los mundiales, Argentina pudo coronarse de la mano de Lionel Messi, que obtuvo el único logro que le faltaba conseguir en el fútbol.
A las 12 del mediodía de ayer el país se paralizó, la Selección se jugaba la gloria eterna contra la Francia del temible Kylian Mbappé. Los dirigidos por Lionel Scaloni tuvieron un brillante primer tiempo, superaron ampliamente al rival tanto en el juego como en el resultado, ya que la etapa inicial finalizó 2 a 0.
Pero Francia era la campeona vigente hasta ayer y tiene grandes jugadores, no por casualidad llegó a la final. Luego de 70 minutos excelentes de Argentina con un Ángel Di María brillante, los europeos lograron romper la defensa argentina y Nicolás Otamendi terminó cometiendo un penal que Mbappé cambió por gol.
Inmediatamente a ese descuento, no habían pasado ni dos minutos y se vino la noche. Messi perdió una pelota en mitad de cancha y Francia avanzó rápidamente, por primera vez en el partido Mbappé pudo recibir con ciertos espacios y logró ganarle la espalda a Nahuel Molina tras una pared para convertir un golazo.
El empate francés fue todo mérito de su 10, el jugador temible que no había pesado en el partido logró romper los esquemas argentinos en dos minutos. Así son los crack, cuando tienen una chance no perdonan. Y Argentina sintió el golpe, aguantó el final del tiempo regular para ir a tiempos extra.
El alargue
Jugadores cansados, Francia con jugadores ofensivos en cancha y Argentina más preparada para aguantar, el empate francés tras ser superiores, todo hacia pensar que el alargue iba a ser tiempo de sufrir para la Selección.
El partido no fue apto para cardíacos, luego de una gran jugada en la que el ingresado Lautaro Martínez no definió bien, Messi agarró el rebote y definió. El árbitro señaló que fue gol, pero los franceses reclamaban que la pelota no pasó completa la línea del arco. El capitán argentino salió a festejar confiado en que su gol era válido.
Ese 3 a 2 parcial fue una inyección anímica para el público argentino que colmó el Estadio Lusail. De las 90 mil personas presentes en la cancha, la abrumadora mayoría hacia fuerza por Argentina. Pero la alegría del público y el fervor tuvo otra vez un shock cuando a 3 minutos del final el árbitro sancionó un penal para Francia por mano de Gonzalo Montiel.
Mbappé completó su triplete al convertir el penal y es el primer jugador en la historia en convertir 3 tantos en una final del mundo. Quedaba poco y nada para el final, el partido inevitablemente iba a definirse por penales, pero en la última jugada del partido, cuando ya estaba cumplido el tiempo adicionado, hubo una tapada clave de Emiliano Martínez.
Randal Kolo Muani, un suplente que ingresó en el final del primer tiempo y complicó a Argentina con su potencia y velocidad, encabezó una contra y tuvo una oportunidad única, un mano a mano que definía la final y le daba el bicampeonato a Francia. Pero Dibu Martínez achicó muy bien y le devolvió el alma al cuerpo a 47 millones de argentinos.
Penales
Lo dicho anteriormente, Dibu Martínez tapó un mano a mano impresionante y logró que Argentina llegue a los penales. En esa instancia decisiva, con los nervios a flor de piel, el arquero argentino demostró toda su jerarquía y contuvo un penal, además de forzar el error en otro al adivinar la punta.
El escenario invitaba a soñar, Argentina había metido sus tres penales hasta el momento y en los pies de Montiel estaba la definición. Si convertía la Copa era argentina, si fallaba, a seguir pateando. Pero el ex River demostró una confianza fenomenal y pateó a una esquina logrando así desatar el festejo.
La consagración
Explotaron las tribunas del Lusail, estalló el grito unificado de los 47 millones de Argentinos, Argentina campeona del mundo. Tras un intento fallido en 2014, Messi pudo levantar la Copa del Mundo y agigantar su leyenda. Uno de los mejores jugadores de todos los tiempos merecía coronar su carrera así.
El capitán argentino fue elegido el mejor jugador del Mundial, además, Enzo Fernández fue premiado como el mejor jugador joven del torneo, Emiliano Martínez como el mejor arquero y Mbappé obtuvo el único premio que no fue para un argentino, al quedarse con la Bota de Oro al goleador de la competencia.
Messi declaró que quiere seguir un tiempo más en la Selección para disfrutar esta conquista. Es que, además de levantar la Copa, rompió récords a más no poder. Entre los más destacados, se convirtió en el jugador con más partidos jugados en Mundiales y en el máximo goleador argentino de la historia en la competencia.
