No tiene pistones ni cigüeñal. Tampoco escape. Su motor no funciona por combustión sino que lo alimenta una batería, que es su componente más importante.
En 2019, sólo el 2.6% de los autos que se vendieron en todo el mundo eran eléctricos, pero el ritmo es impresionante. Hace 10 años, el stock mundial era de 17.000 vehículos. Hoy son 7.2 millones, es decir que creció 400 veces la cantidad.