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20 abril 2024

Aumenta la tensión entre Kosovo y Serbia: cierran fronteras y la OTAN amenaza con actuar

Una disputa sobre las patentes entre Kosovo y Serbia, de la que Kosovo se separó hace 14 años, generó protestas y disparos el domingo por la noche, lo que generó temores de que la violencia pudiese escalar mientras los países occidentales están enfocados en la guerra en Ucrania.

En medio de manifestantes que construyeron barricadas, hombres armados dispararon contra la policía de Kosovo a lo largo de la frontera norte con Serbia. Todo comenzó por una nueva ley que exige que los serbios étnicos que viven en Kosovo cambien las placas de sus vehículos de serbios a kosovares.

La medida, que daba un plazo de dos meses para el cambio, tuvo que ser postergada para evitar que el conflicto siga su escalada y derive en algo peor. Muchos serbios en Kosovo todavía usan patentes emitidas por su país, lo cual es considerado ilegal por autoridades kosovares.

El gobierno de Kosovo también había anunciado que a partir del 1 de agosto, los titulares de documentos de identidad y pasaportes serbios deberían obtener un documento adicional para ingresar a Kosovo, al igual que los kosovares deben hacerlo para ingresar a Serbia.

La raíz del conflicto: el no reconocimiento

Nadie resultó herido por los disparos, pero en respuesta a la violencia, la policía de Kosovo cerró dos cruces fronterizos del norte. «Los siguientes días y semanas pueden ser desafiantes y problemáticos», dijo el primer ministro kosovar, Albin Kurti, en un video publicado en sus redes sociales.

Protestas similares por las matrículas estallaron hace un año, pero los observadores internacionales dicen que las tensiones son mayores esta vez debido a la guerra en Ucrania, que concentra la atención del aliado más importante de Kosovo, Estados Unidos, así como de la Unión Europea.

Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, nueve años después de que una campaña de bombardeos de la OTAN de 78 días expulsara a las fuerzas serbias de la antigua provincia. Serbia se niega a reconocer la independencia de Kosovo.

La decisión de Belgrado de no reconocer la independencia kosovar tiene respaldo de Rusia y los serbios respaldan a sus parientes étnicos, que representan un 5% de la población de casi 2 millones de personas que habitan Kosovo.

Alrededor de la mitad de la población serbia de Kosovo vive en cuatro municipios del norte, que limitan con Serbia y muchos se han mostrado reacios a reconocer a las autoridades locales, viviendo como si todavía fueran parte de Serbia.

La UE medió en las negociaciones entre ambos gobiernos desde 2011 y, lentamente, la policía, los tribunales y los municipios han pasado a estar bajo el control de las autoridades kosovares. Pero, alentados por la política de su país, los nacionalistas serbios protestan por cada intento de integración.

Declaraciones públicas del presidente serbio

«Rezaremos por la paz y buscaremos la paz, pero no habrá rendición y Serbia ganará», declaró el domingo el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, en una conferencia de prensa. «Si se atreven a perseguir, maltratar y matar a los serbios, Serbia ganará», agregó.

«Nunca hemos estado en una situación más complicada que la actual», manifestó Vucic. El mandatario convocó una reunión con militares de alto rango el mismo domingo y dijo que el gobierno kosovar estaba tratando de culpar de los disturbios a la estrecha relación de Serbia con Rusia.

Según el presidente serbio, Kosovo estaba tratando de aprovechar el estado de ánimo mundial al proyectar que «el gran Putin dio órdenes al pequeño Putin, por lo que el nuevo Zelensky, en la forma de Albin Kurti, será un salvador y luchará contra la gran hegemonía serbia».

Vladimir Djukanovic, un miembro oficialista del parlamento serbio, tuiteó una preocupante advertencia: «Me parece que Serbia se verá obligada a comenzar la desnazificación de los Balcanes», una ominosa referencia a la justificación de Rusia por la invasión de Ucrania.

Serbia, candidata a ingresar en la UE, ha mantenido estrechos vínculos con Moscú y no se ha sumado a las sanciones occidentales contra Rusia. Ambos comparten su rechazo hacia la OTAN, debido al bombardeo de Yugoslavia en 1999, cuando Vucic era portavoz del líder serbio Slobodan Milosevic.

El rol de las potencias en el conflicto

La OTAN todavía mantiene una presencia de, aproximadamente, 3.700 soldados en Kosovo. En un comunicado de prensa, el organismo militar dijo que su fuerza sobre el terreno estaba «lista para intervenir si se pone en peligro la estabilidad».

Después de una reunión de urgencia con el embajador de EE. UU., el gobierno de Kosovo anunció que retrasaría un mes la implementación de las decisiones sobre matrículas y documentos. Rusia calificó las leyes de placas e identificación como «otro paso para expulsar a la población serbia de Kosovo».

«Hacemos un llamado a Pristina, a Estados Unidos y a la Unión Europea para que detengan la provocación y respeten los derechos de los serbios en Kosovo», expresó Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

La frontera norte de Kosovo con Serbia ha sido territorio de violencia en el pasado. En 2011, cuando la policía de Kosovo trató de tomar el control total del área, un policía kosovar murió y 25 más resultaron heridos.

Fuente: Clarín.

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