Por Aníbal Céspedes.
Comienza la Semana de la Dulzura, que se celebra todos los años durante la primera semana de julio. Esta propuesta surgió en 1989 por iniciativa del sector privado y desde entonces se convirtió en una tradición argentina.
Del 1 al 7 de julio, esta semana incentiva a que se regalen golosinas como una manera de expresar afecto o interés. La primera campaña llevaba como lema «una golosina por un beso» y durante la pandemia el sector adaptó el slogan a «una golosina real x un beso virtual» para ajustarse a la situación.
Origen de esta costumbre
La Semana de la Dulzura nació en 1989 gracias a una iniciativa de la Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines (ADGyA), dirigida en ese momento por Fulvio Pagani, el fundador de Arcor.
Bajo el lema «Una golosina por un beso», el objetivo era potenciar las ventas de golosinas en el epicentro de la temporada alta de consumo, colaborando con la industria, los distribuidores mayoristas y el comercio minorista.
El éxito de la propuesta hizo que esta iniciativa privada fuese bien recibida por el público en general y con el paso del tiempo ya se ha convertido en una costumbre de los argentinos. Todos los años se intenta superar al anterior sumando nuevas acciones para alcanzar un mayor impacto y repercusión.
En definitiva, más allá de la penetración cultural que logró la Semana de la Dulzura, la idea es incrementar el consumo de golosinas en julio.
