«El mundo está en un punto de inflexión con una guerra real contra Rusia». Vladimir Putin, presidente ruso y líder del país desde que inició el Siglo XXI, usó estas palabras en ocasión del Día de la Victoria en Moscú, en el que con un tradicional desfile militar, el país celebra la derrota de los nazis de 1945.
Tras cumplirse 13 meses de la invasión a Ucrania, Putin prometió la «victoria en esta guerra» en Ucrania, orquestada, según él, por Occidente para destruir a Rusia, en un paralelismo con la Segunda Guerra Mundial.
Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022 en lo que calificó entonces (y aún hace) como una «operación especial» que debía durar poco tiempo, con el derrocamiento de Volodimir Zelenski y la toma del control del territorio. Más de un año lleva en el intento y el conflicto está estancado.
Putin no deja de presentar el conflicto bélico como una estrategia de los países occidentales, en una manera de justificar hacia adentro esta guerra que se alargó más de lo planeado. «La civilización se encuentra de nuevo en un punto de inflexión. Se inició una guerra contra nuestra patria», dijo en la Plaza Roja de Moscú, ante miles de soldados, políticos y dirigentes rusos y de ex repúblicas soviéticas.
El mandatario se dirigió a las fuerzas rusas, sobre todo a los cientos de miles de reservistas movilizados: «el futuro de nuestro Estado y de nuestro pueblo depende de ustedes», insistió, acusando a las potencias occidentales de utilizar a Ucrania para conseguir «el hundimiento y la destrucción de nuestro país».
«¡Por Rusia, por nuestras valientes fuerzas armadas, por la victoria! ¡Hurra!», clamó antes de dar paso al desfile de miles de militares y blindados. Esta ceremonia anual busca ensalzar el poder ruso, máxime cuando la victoria de 1945 ocupa un lugar central en el nacionalismo impulsado por Putin.
La sombra del fracaso
Pero este año, las conmemoraciones tienen lugar bajo la sombra de los fracasos militares en el terreno, mientras Kiev asegura que está preparando una gran contraofensiva. Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió que Rusia sería derrotada como lo fue el nazismo.
Rompiendo con la tradición soviética del 9 de mayo, Kiev recibió el mismo día que Rusia festejaba el Día de la Victoria a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para celebrar el Día de Europa.
La Unión Europea (UE) no se dejará «intimidar por la demostración de fuerza» desplegada por Putin en Moscú, dijo por su parte el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, ante el Parlamento Europeo.
En el terreno, tras más de un año de ofensiva en Ucrania, el ejército ruso padece por las bajas, algunos reveses en el campo de batalla y las tensiones entre el Estado Mayor y los paramilitares del Grupo Wagner, el ejército de mercenarios bajo el mando de Yevgueni Prigozhin.
El jefe de la milicia escogió la simbólica fecha del 9 de mayo para acusar a la jerarquía militar de querer «engañar» a Putin sobre cómo estaba siendo dirigida la campaña en el terreno.
Prigozhin también dijo que soldados del Ejército regular se fueron de sus posiciones en Bajmut, epicentro de los combates en el este de Ucrania. «Abandonaron sus posiciones, huyeron todos», dijo en un video publicado en Telegram.
«¿Por qué el Estado no consigue defender el país?», cuestionó, asegurando que lo que se mostraba en la televisión rusa no reflejaba la realidad de lo que se vive en las batallas en territorio ocupado en Ucrania.
Estricta seguridad
Estas celebraciones tiene lugar en medio de fuertes medidas de seguridad, después de que se multiplicaran los ataques en territorio ruso atribuidos por Moscú a Kiev. Dichos ataques se produjeron al anunciarse una inminente contraofensiva ucraniana, destinada a intentar recuperar los territorios ocupados por Rusia en el sur y el este del país.
El ataque más resonante fue uno con dos drones la semana pasada sobre el Kremlin. Moscú acusó un intento de magnicidio contra Putin, pero Ucrania negó responsabilidades y dio a entender que lo sucedido pudo ser obra de un movimiento rebelde interno o una provocación del poder ruso.
Igualmente hubo en las últimas semanas ataques a instalaciones energéticas rusas, sabotajes de vías férreas y el intento de asesinato del escritor nacionalista Zajar Prilepin, que el sábado resultó herido por una explosión en su vehículo.
El resultado fue que varios desfiles y actos previstos en distintas ciudades del país fueron anulados, en particular en las regiones fronterizas con Ucrania y en la anexionada península de Crimea, por temor al riesgo «terrorista».
Moscú continúa bombardeando Ucrania
La fuerza aérea ucraniana afirmó el martes haber derribado 23 misiles de crucero rusos, de los 25 lanzados durante la noche.
La administración militar de Kiev dijo que derribo unos 15 «objetivos aéreos enemigos» alrededor de la capital, pero no señaló víctimas ni daños importantes. Los bombardeos rusos a Ucrania fueron en aumento tras los ataques en su territorio y, sobre todo, luego del intento fallido de atacar a Putin con drones.
Fuente: Clarín.