El consumo de carne vacuna en Argentina ha alcanzado un mínimo histórico en 2024, con una proyección anual de 44,8 kg por habitante, según un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Este valor es el más bajo registrado en al menos 110 años, evidenciando una tendencia decreciente que se ha visto agravada por la recesión económica y el cambio en las preferencias de los consumidores hacia fuentes de proteínas más económicas.
Según un informe de la BCR (Bolsa de Comercio de Rosario), el total de animales faenados alcanzó 5.513.000 cabezas, lo que también implica una baja del orden del 8% respecto de igual período del año anterior. No obstante, la BCR aclaró que estos números se encuentran por encima de valores de años previos, en los que los que la sequía no impactó en gran magnitud en el número de animales enviados a faena.
Desde la segunda mitad del siglo pasado, el consumo de carne vacuna ha ido en descenso, siendo reemplazada gradualmente por otras carnes como el pollo y el cerdo. Este cambio se ha acentuado debido a la actual situación económica del país, que ha llevado a muchos argentinos a optar por alternativas más accesibles. La proyección de 44,8 kg por habitante en 2024 está muy por debajo del promedio histórico de 72,9 kg y del piso de 46,9 kg registrado en 1920.
Por su parte, la producción de carne bovina se ubicó en 1,26 millones de toneladas en los primeros cinco meses del año, presentando una caída de 8% respecto a igual período de 2023.
Sucede que el aumento de la producción durante 2023 produjo una caída en las existencias bovinas en el país. De acuerdo con los datos de stock bovino al 31 de diciembre de la Secretaría de Bioeconomía, las existencias a finales del año pasado se ubicaban en 52,8 millones de cabezas, lo que implica que el año cerró con una caída de 2,7% o 1,5 millones de animales respecto del 2022.
Esta es la mayor caída anual desde el 2009, año en que las restricciones a la exportación de carne bovina precipitaron una liquidación de stock por parte de los productores. Asimismo, como resultado de esta caída, el stock ganadero a finales del año pasado se ubicaba en su nivel más bajo en 10 años.
Es por este motivo que para 2024 se espera una menor faena y producción de carne.
Fuente: El Economista