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Independiente Rivadavia ascendió a Primera División

En Mendoza, cuna nacional de los viñedos, dicen que al buen vino hay que saber esperarlo. Y vaya si eso lo sabe Independiente Rivadavia, que hace 16 años, desde su llegada a la segunda división del fútbol doméstico en 2007, esperaba volver a la máxima categoría, aquella que había conocido en los viejos Nacionales (’68, ’73, ’77, ’79, ’80) y que lo vio por última vez en 1982. Sus hinchas, que recorrieron 601.4 kilómetros en búsqueda del ascenso lo supieron desde el inicio de la temporada. La Lepra, como la uva, maduró partido a partido: tras un comienzo irregular, pegó el cimbronazo a tiempo y Alfredo Berti reemplazó en la dirección técnica a Ever Demaldé. Hasta ese momento, Independiente había sumado tan solo 9 unidades sobre 24 en juego, pero, a partir de ahí, el equipo cosechó 19 victorias, 5 empates y 3 derrotas.

A la experiencia del ex ayudante de Marcelo Bielsa en el seleccionado chileno se le sumaron otras: la del arquero Maximiliano Gagliardo, quien ya había ascendido con Arsenal (2019) y Barracas Central (2021); del defensor Luciano Abecasis, que había vuelto a Primera con River (2012); del central Mauro Maidana, que se consagró con Unión en dos ocasiones (2011 y 2014); del delantero Victorio Ramis, que subió con Talleres (2016); y del mediocampista Ezequiel “Turco” Ham, de recordado paso por Argentinos Juniors en Primera División.

Sin embargo, el conjunto presidido por el empresario Daniel Vila encontró una de sus mejores cartas en un paraguayo desconocido para el fútbol nacional: Alex Arce, que contribuyó con 26 de los 53 tantos que convirtió el equipo en esta temporada.

Cuando Brian Sánchez aprovechó el rebote y rompió el marcador del encuentro en la segunda mitad del complemento, que era dominado por La Lepra, la euforia que se vivió en Córdoba se vio reflejada tanto en la hinchada mendocina como en el festejo del delantero que recibió la segunda amarilla al sacarse la camiseta. Cuatro minutos después, ya con el último suspiro, Independiente selló la victoria con la aparición de Ramis, que aprovechó un pelotazo que supo controlar y definir con sutileza picando la pelota por encima de Ramiro Martínez para sentenciar la tan ansiada vuelta a Primera luego de 41 años.

La leprosidad es una enfermedad que crece a pasos agigantados y, a juzgar por los festejos que llegan desde la región del Nuevo Cuyo, el vino asoma como la cura.