El gobierno de Pedro Sánchez decretó tres días de luto nacional y advirtió que el fenómeno meteorológico “continúa”, por lo que pidió a los vecinos quedarse en casa.
Al menos 140 personas murieron por las inundaciones en Valencia, en el sureste de España, y decenas están desaparecidas, tras las lluvias torrenciales de las últimas horas que dejaron impactantes escenas de ríos de agua arrasando con calles y arrastrando autos.
Los equipos de rescate españoles siguen este jueves con la búsqueda de víctimas de las peores inundaciones en más de cincuenta años en el país.
Este saldo, el más elevado desde unas inundaciones que dejaron 300 muertos en octubre de 1973, “va a aumentar” porque hay todavía “muchos desaparecidos”, admitió el miércoles el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, advirtió que el fenómeno meteorológico “continúa”, por lo que pidió a los habitantes de Valencia quedarse “en casa” para “salvaguardar” vidas, un mensaje similar al que poco antes había enviado el rey Felipe VI.
Se trata del tercer mayor desastre natural de la historia de España, que también dejó sin luz a alrededor de 150 mil, mientras que otros 120 mil estaban sin internet. Mientras que aún fallan las conexiones telefónicas, la luz fue reestableciéndose paulatinamente, confirmó Juan Meiriño, periodista argentino residenciado en España.
Sobre la tragedia, el periodista confirmó que hubo una alerta por lluvia ayer, por lo que retiró a sus hijos del colegio a las 15 y el temporal empeoró “dos horas después” en Valencia.
“Empezó a llover y no paraba, era cantidad de agua y viento inmenso”, contó después Ezequiel Paredes, un argentino voluntario residenciado desde hace año y medio en España. “Hay gente que no volvió a su casa” después de que empeoró la tormenta porque quedó varada, agregó.
Paredes colaboró con el personal policial, ayudó a rescatar animales y está atento a cualquier labor que requiera la ayuda de los voluntarios.
Más de mil militares fueron desplegados en el terreno, principalmente en la zona de Valencia, en el este, junto a bomberos, policías y socorristas que intentan localizar eventuales sobrevivientes y despejar los numerosos destrozos ocasionados por el temporal.
Según las autoridades, una de las localidades más afectadas es Paiporta, en la periferia sur de la ciudad de Valencia. Una cuarentena de personas murieron allí, entre ellas una madre y su bebé de tres meses arrastrados por la corriente.
El presidente regional de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, dijo el miércoles que los servicios de emergencias habían efectuado durante la jornada “200 rescates terrestres” y “70 evacuaciones aéreas” con helicópteros.
Más de 150 rutas, la mayoría de la red secundaria, permanecen afectadas por las consecuencias de tormenta, particularmente en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Según la agencia meteorológica AEMET, en la noche del martes y la madrugada del miércoles varias localidades de la región recibieron más de 300 litros de agua por metro cuadrado. El máximo se registró en el pequeño pueblo de Chiva, con 491 litros, el equivalente “a un año de precipitaciones”, precisó.
En la Comunidad Valenciana, que había alcanzado el nivel rojo de riesgo extremo, la alerta disminuyó a amarillo (riesgo para ciertas actividades), aunque las nuevas lluvias, aunque menos intensas, continuarán elevando los caudales de los ríos y complicaran la situación.
La “gota fría” que afecta a la Comunidad Valenciana es una de las peores del siglo XXI, similar a las de 1987 y la “Pantanada de Tous” de 1982, según el primer balance de Aemet compartido en redes sociales. Aún faltan análisis profundos, pero el evento es descrito como “catastrófico” en términos climáticos.
El Gobierno ha creado un comité de crisis para el seguimiento del temporal. Autoridades de Emergencias en Valencia se reunieron temprano para analizar la situación, la cual complica los rescates debido al acceso limitado a las víctimas, reconoció Mazón.
En redes sociales circulan imágenes impactantes de las riadas, con autos arrastrados, puentes destruidos, rescates extremos y pérdidas millonarias. Personas se refugian en alturas, desde techos de edificios hasta camiones, para evitar ser arrastradas.
Fuente: TN