Un caso atroz que disparó la creación de un nuevo sistema para detectar criminales. Ocurrió en el año 1892 en la Ciudad de Necochea.
Una mujer fue encontrada herida en su casa, junto a sus hijos de 4 y 6 años muertos. Las víctimas estaban degolladas en la cama de la madre moribunda, que presentaba una no muy profunda herida en el cuello.