Era marzo del 2020 cuando Alberto Fernández dijo esta frase. El mundo, en jaque por una pandemia. En la Argentina, el virus iba multiplicándose de a poco.
El flamante presidente, que le había ganado las elecciones presidenciales a Mauricio Macri, inauguraba las sesiones ordinarias del Congreso. Sin saberlo, en cuestión de días nos encerraríamos unos cuantos meses para evitar un colapso sanitario producto del coronavirus.